jueves, 24 de enero de 2008

Destino



 Si al menos me escucharas...las cosas serían diferente. Sin darme cuenta otra vez estamos inmersos en ese torbellino que nos eclipsa las ideas y el buen juicio. Ya no sé de qué otro modo proceder. Pareciera que sólo hablamos el lenguaje del odio.



Sabes que no me gusta la idea de que tengas que desaparecer. Sabes que si lo haces tendré que volver a aquellos tiempos en que tenía que ir a buscarte, y traerte de los pelos, y yo... peleando con vos en medio de la calle, como si fuera tu padre, y vos, como alguien que todavía no había aprendido a controlar los caprichos.



Sigo teniendo miedo al futuro. Lo siento como una gran roca que se viene en picada a mis espaldas, y yo aun sintiendo el sonido de su peso rodando no puedo hacerme a un lado. Y me pregunto ¿qué hacemos?. ¿Qué hago?. Y la respuesta no está ahí en donde creemos que está, en los momentos en que yo te ato o me atas a la cama y pensamos gráficamente que esa es la forma en como uno se adueña del destino del otro. Vaya error!....

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