viernes, 21 de septiembre de 2007

Pesadillas II (por Ludmila Saddo)


Ayer me peleé con Shuno. Le grité de todo, como pasa siempre cuando me saco. Lo raro de todo es que después de matarnos a golpes terminamos siempre cogiendo. Me es irresistible. Mi excitación emerge con mayor facilidad en medio de los conflictos, de los choques, de los golpes. Quizás sea por haberme acostumbrado tanto a las luchas con mi madre, criada en un ambiente belicoso como sólo ella podía provocarlo.









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